Los elípticos se fían de su inspiración; el equipo obvio, más práctico, ha decidido recurrir al talonario para contratar al futbolista Accionista minoritario, escuela brasileira donde-pongo-el-ojo-pongo-la-pelota. El conjunto sobrentendido no quiere desvelar su verdadero nombre hasta minutos antes de la refriega, para que los elípticos se desgasten dándole vueltas a la cabeza.
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