Desde Dalila, desde Efialtes, desde Judas, desde el conde don Julián no se había visto una traición parecida: Hasier Larretxea y Nacho Aldeguer, que habían destacado hasta ahora por una poesía-flecha dirigida sin mayor afeite hacia el centro del blanco, se han apuntado al bando elíptico, ellos sabrán el motivo. El equipo de los poetas jeroglíficos comienza a tener una profundidad de banquillo que puede constituir una fuente de envidias, luchas de egos y culebras poéticas al por mayor.
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¡Llevo 20 años viviendo en Madrid!
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Parece que hubiera sido hace ayer, aún recuerdo como me sorprendió arribar
a Europa, pero ya llevo viviendo 20 años en España, y más concretamente en
M...
Hace 3 meses
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