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Hablar de lo que sucedió el Sábado pasado en el campo de fútbol de la Elipa no me va a resultar tarea fácil.
Cuando menciono en el título la palabra CONJUNTO, quiero decir que el triunfo, independientemente de quién ganara, fue colectivo, un triunfo por la poesía, la amistad, el buen rollo, la alegría y la felicidad, en fin, muchas cosas, muchas sensaciones de golpe que no sé si voy a saber plasmar, del modo adecuado, en este post.
Para empezar, empezaré por el principio.
A eso de las 10 horas de la mañana del citado Sábado, recogía en Móstoles a un compañero del equipo obvio, amigo y poeta: Javier Belinchón. Ambos, cansados, por las pocas horas de sueño, nos dirigíamos con los nervios a flor de piel y con la certidumbre del poco aporte futbolístico que le ibamos a dar al partido, pero eso sí, con unas ganas de reírnos y pasarlo bien tremendas.
Creíamos que nuestra llegada iba a ser pronto, muy pronto, antes de la puntualidad G-E-R-M-A-N-I-C-A que pedía Batania. Pues no. Si nos descuidamos, ni llegamos al campo. La M30, la M40 y todas sus salidas, siguen siendo para mí, un laberinto insondable de caminos que no sé muy bien donde terminan. Fíjate que terminamos en las Ventas y tuvimos que llegar, casi, hasta María de Molina para dar la vuelta. Haciendo un pirulón con el coche que ya le hubiese gustado a algún policía local echarnos el guante. Tuvimos suerte.
Tras vueltas y vueltas por la M30 dimos con la salida adecuada y con el polideportivo la Elipa. Si te digo la hora alucinas, más de una hora después de nuestra salida. A eso de las once y diez, más o menos.
Con todo y eso, estábamos los primeros junto a Silberia, que ya andaba por allí, pero al no conocernos en persona, no fue hasta más tarde cuando intimamos con ella.
Buscamos el campo, creo que era el A7, para fútbol siete, evidentemente, unos baños para orinar y calmar un poquito los nervios, y esperamos impacientes la llegada de los demás.
De los primeros en aparecer fue Iker Bonilla, vaya peazo partido se curró el amigo, tendría que haber estado el ojeador de al menos algún segunda división para verle parar, increíble, y qué salidas del área sin pensárselo dos veces, joer, un figura bajo palos.
Tras Gsus, fueron llegando los demás, Alberto Yago, Escandaar, Marcus e Isa, Javi Das y un largo etcétera.
En fin, uno de los últimos en aparecer, y pasadas las once y treinta minutos, el de la puntualidad Germánica, fue Batania con Iratxe. Je je je.
Se repartieron las camisetas, chulísimas, diseñadas por Barbara Butragueño, igual que el logotipo del partido lo diseñó Gsus. Seleccionamos campo, número de jugadores por bando (que falta de respeto al fútbol 7, en vez de jugar 7 contra 7, fuimos nueve o diez, no recuerdo bien, contra otros tantos. Todo ello a sabiendas de nuestra baja forma física, salvo excepciones), árbitro (un Andrés muy serio y en su sitio) y planificamos tácticas.
La nuestra era bien sencilla, patadón y tente tieso. Como dijo Batania.
La primera parte terminó 3-1 a favor de los elípticos. Belinchón y yo, en el descanso, con los higadillos en la boca, comentábamos el palizón que nos iba a llover. Batania levantó el espíritu del equipo junto a Marcus. Y tras una segunda parte apoteósica, no sé si por el bajón en el rendimiento de los elípticos o por nuestro juego directo de defensa-ataque, terminamos ganando 8-5, con un gol del que suscribe (festejándolo como Kiko Narváez, el famoso jugador del atlético de madrid, haciendo el arquero y dedicado al Kebran).
He de decir que gracias al Poeta vallekano, Marcus, Batania e Iker Bonilla ganamos, aportaron el espíritu, la garra, los gladiadores del terreno de juego; los demás pusimos muchas ganas, muchísimas (silberia, belinchón, natalia, escandaar, guille y su pelotazo al larguero, das, maría, victoria y un servidor). Por el bando contrario jugaron todos muy bien: Gio le echó mucho coraje, Arturo paro lo imparable (tanto como Gsus), Juanse es un todoterreno en el campo ( a mí me quebró la cintura un par de veces, todavía ando buscándola), Aldeguer le echaba unas ganas encomiables y el resto ídem.
Pero amigos, el resultado se marchó al lado OBVIO.
En general lo pasamos muy, pero que muy bien. Con un apoyo en las gradas increíble de gente como: Isa, Pepe Ramos, Iratxe (madre mía que hooligan, no paraba con el pobre árbitro), las grandes reporteras fotográficas Mayte Sempere y rebeca yanke; en fin, mucha gente y buena.
No me olvido tampoco, ahora que lo recuerdo, de alfonso lópez y su cámara, pululando por allí también.
Al finalizar el partido, al grito de OEEE OE OE OE, nos descamisamos y nos mezclamos obvios con elípticos para celebrar el triunfo conjunto: la amistad y el buen rollo.
Pues bien, con el pitido final, empezó la ruleta de presentaciones, intercambio de mails y blogs de los que no nos conocíamos, y fue todo una grata sorpresa. Una ronda de cañas y para casita, a preparar el INVERSO.
Belinchón y yo nos largamos de los primeros, tenía comida familiar, y además, las agujetas no me dejaban, y a día de hoy tampoco, ni respirar. Madre mía, cuanta falta de deporte tengo, y eso que estoy delgadito y siempre he creído estar en forma.
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Cuando menciono en el título la palabra CONJUNTO, quiero decir que el triunfo, independientemente de quién ganara, fue colectivo, un triunfo por la poesía, la amistad, el buen rollo, la alegría y la felicidad, en fin, muchas cosas, muchas sensaciones de golpe que no sé si voy a saber plasmar, del modo adecuado, en este post.
Para empezar, empezaré por el principio.
A eso de las 10 horas de la mañana del citado Sábado, recogía en Móstoles a un compañero del equipo obvio, amigo y poeta: Javier Belinchón. Ambos, cansados, por las pocas horas de sueño, nos dirigíamos con los nervios a flor de piel y con la certidumbre del poco aporte futbolístico que le ibamos a dar al partido, pero eso sí, con unas ganas de reírnos y pasarlo bien tremendas.
Creíamos que nuestra llegada iba a ser pronto, muy pronto, antes de la puntualidad G-E-R-M-A-N-I-C-A que pedía Batania. Pues no. Si nos descuidamos, ni llegamos al campo. La M30, la M40 y todas sus salidas, siguen siendo para mí, un laberinto insondable de caminos que no sé muy bien donde terminan. Fíjate que terminamos en las Ventas y tuvimos que llegar, casi, hasta María de Molina para dar la vuelta. Haciendo un pirulón con el coche que ya le hubiese gustado a algún policía local echarnos el guante. Tuvimos suerte.
Tras vueltas y vueltas por la M30 dimos con la salida adecuada y con el polideportivo la Elipa. Si te digo la hora alucinas, más de una hora después de nuestra salida. A eso de las once y diez, más o menos.
Con todo y eso, estábamos los primeros junto a Silberia, que ya andaba por allí, pero al no conocernos en persona, no fue hasta más tarde cuando intimamos con ella.
Buscamos el campo, creo que era el A7, para fútbol siete, evidentemente, unos baños para orinar y calmar un poquito los nervios, y esperamos impacientes la llegada de los demás.
De los primeros en aparecer fue Iker Bonilla, vaya peazo partido se curró el amigo, tendría que haber estado el ojeador de al menos algún segunda división para verle parar, increíble, y qué salidas del área sin pensárselo dos veces, joer, un figura bajo palos.
Tras Gsus, fueron llegando los demás, Alberto Yago, Escandaar, Marcus e Isa, Javi Das y un largo etcétera.
En fin, uno de los últimos en aparecer, y pasadas las once y treinta minutos, el de la puntualidad Germánica, fue Batania con Iratxe. Je je je.
Se repartieron las camisetas, chulísimas, diseñadas por Barbara Butragueño, igual que el logotipo del partido lo diseñó Gsus. Seleccionamos campo, número de jugadores por bando (que falta de respeto al fútbol 7, en vez de jugar 7 contra 7, fuimos nueve o diez, no recuerdo bien, contra otros tantos. Todo ello a sabiendas de nuestra baja forma física, salvo excepciones), árbitro (un Andrés muy serio y en su sitio) y planificamos tácticas.
La nuestra era bien sencilla, patadón y tente tieso. Como dijo Batania.
La primera parte terminó 3-1 a favor de los elípticos. Belinchón y yo, en el descanso, con los higadillos en la boca, comentábamos el palizón que nos iba a llover. Batania levantó el espíritu del equipo junto a Marcus. Y tras una segunda parte apoteósica, no sé si por el bajón en el rendimiento de los elípticos o por nuestro juego directo de defensa-ataque, terminamos ganando 8-5, con un gol del que suscribe (festejándolo como Kiko Narváez, el famoso jugador del atlético de madrid, haciendo el arquero y dedicado al Kebran).
He de decir que gracias al Poeta vallekano, Marcus, Batania e Iker Bonilla ganamos, aportaron el espíritu, la garra, los gladiadores del terreno de juego; los demás pusimos muchas ganas, muchísimas (silberia, belinchón, natalia, escandaar, guille y su pelotazo al larguero, das, maría, victoria y un servidor). Por el bando contrario jugaron todos muy bien: Gio le echó mucho coraje, Arturo paro lo imparable (tanto como Gsus), Juanse es un todoterreno en el campo ( a mí me quebró la cintura un par de veces, todavía ando buscándola), Aldeguer le echaba unas ganas encomiables y el resto ídem.
Pero amigos, el resultado se marchó al lado OBVIO.
En general lo pasamos muy, pero que muy bien. Con un apoyo en las gradas increíble de gente como: Isa, Pepe Ramos, Iratxe (madre mía que hooligan, no paraba con el pobre árbitro), las grandes reporteras fotográficas Mayte Sempere y rebeca yanke; en fin, mucha gente y buena.
No me olvido tampoco, ahora que lo recuerdo, de alfonso lópez y su cámara, pululando por allí también.
Al finalizar el partido, al grito de OEEE OE OE OE, nos descamisamos y nos mezclamos obvios con elípticos para celebrar el triunfo conjunto: la amistad y el buen rollo.
Pues bien, con el pitido final, empezó la ruleta de presentaciones, intercambio de mails y blogs de los que no nos conocíamos, y fue todo una grata sorpresa. Una ronda de cañas y para casita, a preparar el INVERSO.
Belinchón y yo nos largamos de los primeros, tenía comida familiar, y además, las agujetas no me dejaban, y a día de hoy tampoco, ni respirar. Madre mía, cuanta falta de deporte tengo, y eso que estoy delgadito y siempre he creído estar en forma.
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