viernes, 9 de octubre de 2009

Necesitamos árbitro

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No tenemos árbitro. El que teníamos nos ha dado la espantada, harto de las presiones que los poetas elípticos ejercían en los despachos federativos y cansado también de las amenazas de los poetas obvios. La gota que ha colmado el vaso ha sido una llamada, al parecer de un poeta obvio, diciéndole ándate con ojito, que tienes tres hijos que no merecen que les des un disgusto. En fin.

Nos hemos puesto a buscar otro árbitro. Las características que pedimos son las siguientes: debe tener firmeza con los poetas burros y astucia con los poetas cisnes; debe cortar de raíz el juego violento de los obvios y estar con nueve ojos ante los penaltis que fingen los elípticos; debe tratar con palabras a los poetas laberinto y con gestos cortantes a los poetas sobrentendidos. También ha de saberse las reglas del juego o, en su defecto, írselas inventando.

Son características que están al alcance de cualquiera. Por otra parte, como todo el mundo sabe, los poetas somos gente afable y poco rencorosa.

Por favor. Si alguien cumple todas estas características, que nos deje un mensaje. Si sólo cumple alguna de ellas, que nos los deje también. Si no cumple ninguna, que también lo haga.
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9 comentarios:

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  2. Yo pensé en ofrecerme como árbitro estos días anteriores, pero, puesto que no vivo en Madrid y puesto que en Internet estoy vetado en algún sitio (a veces hago comentarios insignificantes que enseguida borran los administradores de algunos blogs) dudo que me aceptéis como tal.

    De todas formas, lo comento por si nadie quiere el silbato.

    Decir, de paso, que en mis tiempos, jugué de portero, hasta la edad de juveniles. Y ahora que estoy retirado puedo vacilar(como díjo Camacho, "en el fútbol sólo se puede vacilar en vacaciones"): era bueno, muy ágil...Pese a que no soy muy talludo, jugaba siempre de titular. Estoy también dispuesto a ocupar el banquillo como guardameta suplente de los obvios, los colores que más siento de los contrincantes (sin llegar a sentirme indentificado con ninguno de los dos equipos).

    Bueno, pues eso, si me aceptáis de árbitro (o incluso de línea), avisadme y decido. Intentaría un arbitraje neutral, porque no sabría con quien alinearme.

    Buen partido. Y que gane el mejor.

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  3. Administradores del blog, organizadores del evento: no se cuales son las reglas tampoco es que me importen, participo porque quiero y puedo, y acepté la invitación, pasar un buen rato junto a colegas nunca es despreciable, pero si que me gustaría apuntaros la importancia de encontrar criterios puntuales, independientemente de las reglas podáis poner y que se asumirán , o en este caso asumiré si llego a participar; pero aunque no quisiera parecer pedante, si que mi participación en este gran evento puede sujetarse a una y exclusiva particularidad; pensando y teniendo la seguridad de que la participación del que encabeza los coment de este post me crea un conflicto personal dada su trayectoria, sus circunstancias, y su peculiar manera de admirar a mi persona, e incluso a la de muchos que siento como amigos, cuando no, como hermanos.

    Mis principios pueden parecer casi evidentes o puede que difusos; pero son los que son, y lo son de extraordinaria importancia para mí.

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  4. A ADOLFO GONZÁLEZ: Adolfo, soy Batania. Están las cosas muy calientes para que seas árbitro del partido. Gracias por el ofrecimiento pero no.

    Hasta pronto.

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  5. Estoy con Batania y entiendo la posición de Gsús. Para que las cosas no se vayan del cause normal, lo mejor es desestimar tu ofrecimiento, Adolfo.

    Y para no dar pie a que esto se vuelva una serie de comentarios sin fin, aquí dejamos el asunto.

    Gio.

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  6. De acuerdo, chicos. Acabo de llegar a mi tierra después de un largo viaje-tanto que se me ha borrado la raja del culo-y he visto ahora vuestros comentarios.

    Sigo sin entender lo que os pasa conmigo -sería inmoral el entenderlo- pero no pasa nada. Era un simple gesto de cortesía, ya que casi nadie quiere hacer de árbitro...Y en el simple gesto se queda.

    Lo dicho: buen partido y que gane el mejor, o el menos malo en su defecto.

    Salud y trompetas.

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