
Cayeron las repúblicas, dictaduras y dioses.
Cayeron boxeadores y jefes de la mafia.
Cayeron los amantes de juventud hermosa.
Cayeron los hipócritas. La noche llega a todos.
Caerán tarde o temprano las catedrales góticas.
Todo caerá no hay duda, si cayó -recordadlo,
recordad esa tarde que el estadio de Wembley
tembló cuando los húngaros su sexto gol
..........marcaron-
la hasta entonces invicta selección de Inglaterra.
JUAN BONILLA, extraído de la revista LITORAL, Deporte, arte y literatura, Nº237, mayo 2004, pág. 104
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