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Cuando la "G" se agolpa en la garganta
como miles de "GES" que se atropellan,
para buscar la "o", irse con ella
y alargarla en el aire que se exalta.
Y se sueltan las dos, diseminadas,
detrás de otras iguales que estallaron.
Y disparan peñones que rodaron
y van por las distancias asombradas.
Y la "L" final, como un tañido,
como un sonido de metal vibrante,
tiembla cuerda de pulso electrizante,
buscando el diapasón de los latidos.
Juntas las tres serán el grito sumo.
El que esperó creciente, agazapado.
El que se da o no se da, mas dado
tiene pólvora, chispa, explosión, humo...
HÉCTOR NEGRO, extraído de la revista LITORAL, Deporte, arte y literatura, Nº237, mayo 2004, pág. 84
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SOLO
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Estaba solo el día que nací, salí solo
y vine al mundo solo, me abrazó mi madre
estando solo y solo me llevó a su casa
donde me crié irremediab...
Hace 1 semana
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