miércoles, 7 de octubre de 2009

ÁLVARO GUIJARRO estampa su firma con los elípticos

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El ruiseñor con algo de lechuza, la pluma perpleja, el talento que puede ser mazorral o ajedrecístico cuando le da la gana, el punto exacto donde el sonido coincide con el sentido, la panoplia que mecha la emoción con lo contenido, el ruido a punto de dominarse, a punto de convertirse en otra forma de estremecimiento, Álvaro Guijarro, ya es elíptico, elíptico, e(lip)ti(c)o. Mientras en el cuartel laberíntico todo son felicitaciones por el nuevo fichaje, en el bando obvio se intenta mantener la tranquilidad: "Bah..., sólo sabe escribir poemas", ha declarado uno de los capitanes sobrentendidos.
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